lunes, 7 de septiembre de 2009

FELICITACIONES A MIS AMIGOS Y COMPAÑEROS MAESTROS

Estos son algunos educadores en la manga de Arenales en una integracion realizada despues de un encuentro con los padres de familia.
Entre muchos libros de sabiduria y conocimiento, se encuentran unos compañeros docentes de la institución Educativa Luis María Preciado Echavarría. Ellos son: por el lado derecho esta Jhon Fernando Chavarria, docente de Matematicas con la mano en la cabeza, al fondo se encuentra Jose Alejandro Echeverri, docente de Educacion Fisica. En el centro se encuentra La profesora Deisy, al fondo se encuetra el profesor Eliecer Mazo Monsalve y al lado derecho al fondo se visualiza la profesora Olga Yaned Valdes. Sin contar los otros 15 docentes que no estan pero que hacemos parte del grupo de docentes de esta Institución.
Día a día, muchos maestros transitan por arduos caminos, sembrando la semilla del conocimiento en mente y corazones de sus alumnos. El maestro es soñador porque tiene la seguridad que su sueño será una hermosa realidad cuando su enseñanza dé fruto.

En el cúmulo de reflexiones a propósito de la tarea del maestro, comparto un fragmento del discurso que leyó en 1921 un apóstol de la educación: José Vasconcelos:
“Iguales somos todos los maestros. Entre nosotros no hay categorías, sino diferencias, y cada aspecto concurre a su propósito, y todo se suma en armonía sublime. Mas, sigo hablando de maestros, y os veo a vosotros, y lo que es todavía peor, me veo a mí mismo, y una irresistible y cruda sinceridad me obliga a dibujar una amarga sonrisa y a preguntarme: ¿Maestros de qué? ¿Qué es lo que sabemos nosotros para ser maestros? Uno que otro procedimiento útil, una que otra receta para que la vida del hombre no se confunda con la vida del bruto, pero de las grandes cuestiones fundamentales no sabemos nada; y así como dijo Tolstoi, que el hombre no puede constituirse en juez del hombre, no puede ser el maestro del hombre. Sin embargo, es preciso que cada generación transmita su experiencia a la que siga, y que cada hombre ofrezca su ejemplo a los demás; de aquí que afirmamos que es legítimamente maestro el que trata de aprender y se empeña en mejorarse a sí mismo. Maestros son quienes se apresuran a dar sin reserva el buen consejo, el secreto recóndito, cuya conquista acaso ha costado dolor y esfuerzo. Uno que ya pasó por distintas pruebas y no ha perdido la esperanza de escalar los cielos, eso es un maestro. Si somos justos, si somos intransigentes con la maldad y enemigos jurados de la mentira; si a semejanza del Brand de Ibsen, borramos de nuestra conducta la palabra transacción, si no transigimos ni con la verdad a medias ni con la justicia incompleta, no con la fama usurpada, entonces seremos verdaderos y ejemplares maestros”.

Toda nuestra admiración y gratitud a los maestros que supieron conducirnos y quitarnos el velo de la ignorancia, fomentarnos el deseo de superación.
Este artículo fue escrito por Clarice Baricco

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