lunes, 27 de octubre de 2014

SIMULACRO PRUEBAS SABER

El día lunes 27 de octubre, la institución educativa ha programado un simulacro sobre pruebas saber para preparar a los estudiantes de los grados 3, 5 y 9 para las proximas pruebas saber que se realizarán el 5 de noviembre a nivel nacional.
Se realizó una jornada con estos grados el día lunes desde las 6:30 am hasta las 11:40 am. y aqui estan las evidencias.
 Julián Mauricio del grado 3 presentando el simulacro de matematicas de las pruebas saber.
 El grado tercero uno y su directora Liliana Restrepo en el simulacro.
 Los estudiantes del grado noveno, bajo el cuidado del profesor Diego Uribe.
Los estudiantes del grado quinto uno, presentando la prueba de Lenguaje.
El objetivo es preparar a los estudiantes de estos grados, para que en las pruebas saber saquen buenos puntajes, además de prepararlos para la vida.




OTRA VEZ CON INTERNET

Después de mas de 8 días sin internet, el señor Anderson Cansino se presentó a la Institución Educativa el día sábado para organizar el problema de conectividad que se tenía en el lugar. Y sólo hoy a las 10:00 am se pudo restablecer el servicio.
Un agradecimiento para él y para el profesor Javier Lopera que ha estado pendiente del buen funcionamiento de la sala de sistemas de nuestra institución.

NUEVA GENERACIÓN CAFETERA

El pasado sabado 25 de octubre se llevó a cabo el evento realizado por el Comitè de Cafeteros y la Gobernaciòn de Antioquia. La actividad se inición con un desfile desde el parque hasta la institución educatia Luis Maria Preciado, donde se desarrolló todo el trabajo de capacitación y acompañamiento a todos nuestros caficultores.
La administración municipal se hizo presente en el evento con el almuerzo. Para las señoras que cocinaron, muy agradecidos, porque les quedó delicioso.
 Los integrantes de la nueva generación cafetera haciendo presencia en la organización del evento.
 Integrantes de la Asociaciòn de ASPROASIR, presentes en la inscripcion de los caficultores y en el aprendizaje de nuevos conocimientos, utiles para nuestro trabajo.
 En estas mentes se encuentra la sabiduría de muchos dias de trabajo, dedicacion, práctica y esfuerzo para que cada uno de los cultivos, trabajos a realizar y proyectos de nuestras fincas salgan adelante.

Gicella Martínez de nuestra institución, pendiente y concentrada en las explicaciones y en las charlas que nos estaban compartiendo los extensionistas del programa de cafés especiales de la gobernación de Antioquia.
 El trabajo desarrollado por los extensionistas y por los jóvenes de la nueva generación fue excelente. Los caficultores se fueron muy contentos y agradecidos por todas las actividades que se desarrollaron.
 Nelson Zuleta de la vereda Buena Vista el Ceibo.
 Y aquí, el equipo de trabajadores entre extesionistas, nueva generación cafetera, Jhon Sucerquia encargado de la actividad,  Licet Mesa, personal de la gobernaciòn de Antioquia, se reunieron para dejar huella, despues de una larga jornada. Esta es la foto del recuerdo para la memoria de muchos.
La actividad se desarrolló con aproximadamente 200 personas.

jueves, 9 de octubre de 2014

AGRADECIMIENTO DEL PROFESOR ALEX

Palabras del profesor Alexander Velasquez Zuleta de la vereda La Lomita, despues de haber participado en el campamento Juvenil en el municipio de San Jerónimo.
 Aagradecemos a la gobernación de Antioquia, al proyecto de cafés especiales.....nos sentimos muy bien atendidos por comfenalco y las directivas del parque los amerindios ....aprendimos muchisimas cosas relacionadas con los cafés especiales....nos queda el reto de llegar a nuestros campesinos multiplicar los conocimientos que nos dieron los especialistas.....somos la nueva generación, nueva generación cafetería a la que nos corresponde exaltar la cultura cafetera antioqueña y tomar las riendas para tener los mejores cafés. ...así que a producir café de alta calidad y aprender a degustar de una buena tasa de café. ..

CUÁNTO PUEDE APORTAR UN BORRADOR A UNA SONRISA! EL CASO ITUANGO


Por: Bajo La Manga

Opiniones

Por: Sarita Palacio (@saritapalacio)De nuevo hablaré de Ituango. Ese viaje de una semana al norte de Antioquia alimentó como pocos mi repertorio de historias. Imposible no compartir lo que conmovió los ojos y el alma.Según lo referencia Wikipedia: Ituango es un municipio de Colombia, situado en la subregión Norte del departamento de Antioquia. Limita por el norte con el municipio de Tarazá y el departamento de Córdoba, por el este con los municipios de Valdivia y Briceño, por el sur con Briceño, Toledo y Peque y por el oeste con los municipios de Dabeiba y Mutatá. Su cabecera está a 195 kilómetros de la capital de Antioquia, Medellín.Lo que no referencia en su primer párrafo es que Ituango tiene marcado en sus calles, en sus paredes, en sus historias el hilo de una violencia que tejió la vida de sus habitantes durante años. ¡Qué digo tejió! Despedazó la vida de sus habitantes durante años. Hoy con pedazos del pasado y brochazos del futuro los sobrevivientes de la realidad están construyendo nuevas páginas de esperanza.Pero hoy no hablaré de la historia de Ituango. Hoy hablaré de una corta historia que me cambió la manera de ver la vida. ¡Y no estoy exagerando!Después de dos días en Ituango, salí para Santa Rita, un corregimiento de este municipio. Allí regresé a una de las tareas que más amo en el mundo: el periodismo. Y si es el periodismo que demuestra el cambio del miedo a la esperanza, aún mejor.Hasta ahí las historias ya habían tocado mi manera de mirar el mundo. ¡Y no es para menos! Cuando la gente se opone con todas sus fuerzas a perder la esperanza, cuando la gente se enfrenta al olvido, cuando las lágrimas se resisten a secarse y empiezan a salir por la emoción, es imposible no hacer un alto en el camino para tocar el alma propia, para cambiar la forma de ver el presente, el pasado y el futuro.Pero, además de todo lo que escuché, observé y sentí hubo un acontecimiento que me tocó el alma. En Santa Rita de Ituango hay una banda musico-marcial infantil. En un espacio en el que la violencia ha sido protagonista, ver que hay un grupo de niños y jóvenes que ve en su vida a la música como una opción, llena el alma.En Medellín una empresa nos había regalado 22 kit estudiantiles para niñas y niños de Antioquia. Aprovechamos la visita a Santa Rita para entregarlos allí. ¿Cómo y a quién entregarlos? La maestra que dirige la Banda Musico Marcial Infantil, (bandas como ésta son las que necesitamos en Antioquia) nos dijo que era mejor hacer una rifa, que en medio de todo era la manera más justa de entregarlos.Hicimos caso a la maestra e hicimos una rifa en el parque. Ésta se convirtió en la actividad más importante del día en este corregimiento. Los niños conformaron un círculo a nuestro alrededor y sus familias un nuevo círculo alrededor del ya anteriormente creado. Había suspenso. Niñas y niños gritaban, yo me lo quiero ganar, ¡Yo quiero uno! ¡Yo necesito uno! etc.No pasaron muchos minutos y una niña estaba con las manos en posición de oración, otro más de rodillas rogándole a Dios poderse ganar uno. Eso me partió el alma. ¿Un kit? Algo que para uno puede llegar a ser trivial en algún momento a estos niños que además le apostaban a escribir una historia diferente, les cambiaba la vida.El primer niño se ganó un kit. Abrió desesperado su morral y lo primero que encontró fue su borrador. De inmediato empezó a gritar ¡Un borrador! ¡Un borrador! ¡Un borrador de los blancos! No puedo negar que me invadió un increíble desasosiego. ¿Cómo un borrador puede cambiar la vida?Puede cambiar la vida al no ver borrones sucios en el cuaderno, puede cambiar la vida ver la vida en las hojas de cuaderno limpio, ¡puede cambiar la vida no hacer tachones! ¡Puede cambiar la vida no romper el cuaderno al borrar! Sí, un borrador puede cambiar la vida.¿Y cuánto vale un borrador? Un borrador no vale más de 500 pesos y puede generar una sonrisa invaluable. Así como lo leen señores.Me quedé con las ganas de dar más borradores, más cuadernos, más colores. Me quedé con las ganas de pintar más sonrisas, me quedé con las ganas de dar más felicidad, me quedé con las ganas de que las oraciones de todos los niños se hicieran realidad.¿Cuándo me iba a imaginar yo que un borrador podía cambiar la vida? Me acostumbré a pensar en grandes intervenciones y se me había olvidado que los grandes cambios están en las pequeñas cosas.¡Un cuaderno limpio! ¡Un borrador blanco! ¡Un lápiz con punta que no se quiebre! Poder estudiar tranquilo, estudiar para ser libre, para ser feliz.Un borrador sí puede cambiar la vida, al menos por un día. Esta y otras columnas podrá leerlas en www.bajolamanga.co (@bajo_lamanga

domingo, 5 de octubre de 2014

RELATO BREVE DE UNA VISITA A SANTA RITA DE ITUANGO

RELATO BREVE DE UNA VISITA A SANTA RITA DE ITUANGO

Por: Bajo La Manga

Por: Sarita Palacio (@saritapalacio)
El dolor llegó a Santa Rita a manos del capitán Manotas mientras transcurría la Guerra de los Mil días. La guerra entre liberales y conservadores tiñó de sangre los caminos de este corregimiento. Para desgracia de sus habitantes esta no sería la única vez que verían correr hilos rojos al lado de sus pasos.
¿Santa Rita? ¿De qué estamos hablando? El corregimiento de Santa Rita pertenece a Ituango, localizado en la zona norte de Antioquia. Está ubicado justo a la margen derecha de la cordillera occidental. Su paisaje es ante todo, una alegoría a las montañas antioqueñas, a la selva colombiana, a la espesura de Latinoamérica.
Otro dato para tener en cuenta y que no está de más apuntar por ahí: con el tiempo borramos su apellido y pusimos en su lugar el nombre del municipio al que pertenece. Santa Rita es Santa Rita de Sinitavé, perteneciente al municipio de Ituango.
Después de ese primer derramamiento de sangre a manos de Manotas, la violencia no ha sido esporádica en este corregimiento. Durante años el bloque 18 de las Farc ha hecho presencia en este territorio. Basta tomarse el tiempo para salir desde Ituango en carro hasta Santa Rita para enamorarse del paisaje, pero también percatarse de los letreros que en las fachadas de varias casas proclaman la vida de un jefe guerrillero dado de baja hace algunos años.
Pero eso es apenas una condición más del paisaje. Es necesario levantar la mano para saludar a las pocas personas que trae el camino para descubrir que el miedo aún es un habitante más de cada casa, de cada paso, de cada habitación, de cada momento.
He recorrido no pocos municipios de Antioquia y eso me basta para poder compararlos rostros, las manifestaciones de afecto y las de miedo. La euforia no es propia de estos caminos, y eso no quiere decir que la amabilidad se hubiese escapado. El miedo no excluye la bondad de los habitantes. Los rostros bajos, las miradas tímidas, los saludos silenciosos son rastros de la violencia que por allí un día pasó y que enseñó a no hablar, no mirar, no opinar, no decir, en otras palabras: no existir.
Está claro que en nuestro país en algún momento fue pecado haber nacido. Pecado mortal crecer y pensar y un sacrilegio opinar.
Tres horas de camino a buen ritmo, a bordo de un carro que debe ser lo bastante fuerte para lidiar con trochas difíciles, separan a Santa Rita del casco urbano de Ituango.
Usted sale de Ituango y lo despiden trincheras en el parque principal, medias luces en la noche, lo despide una base militar en la mitad de una población. Y llega a Santa Rita y el panorama no es diferente, una base militar al lado de una sede de la misión médica, soledad en las calles, silencios prologados y miradas bajas.
¡Es hora de despedir al miedo! ¡No es justo con Ituango, con Santa Rita! ¡No es justo con las miradas, los corazones, con los niños y los viejos! No es justo que los que nacen tengan que heredar el miedo, y no es justo que los viejos, que tanto lo han sufrido tengan que morir con él.
El camino para pasar tantas páginas de dolor es largo y difícil. Si fuera fácil otros ya lo habrían caminado. Si fuera fácil tal vez yo no estaría escribiendo esta historia. Pero, la peor diligencia es la que no se hace, el fracaso sólo está asegurado si no se intenta.
La semana pasada estuve en Ituango y dormí en Santa Rita. Fui testigo de cada hecho relatado en los párrafos anteriores, pero también soy testigo de que hay un brote de esperanza en cada palabra tímida.
No fueron pocos los “esto parece que está empezando a cambiar”, incluso escuché de la voz de un profesor “tenemos la tarea de dejar de llorar y empezar a demostrar que somos más de lo que la historia ha contado de nosotros”. Cuando uno escucha este par de frases, repetidas en varias versiones, desde varias voces, y en diferentes momentos descubre que la cosa va por buen camino.
Pasar del miedo a la esperanza es complejo, pero se puede. Eso me lo demostraron una vez más las personas con las que hablé, los rostros a los que pude mirar a los ojos, los días que viví en esta región.
Visté dos familias a las que el Plan Integral Hidroeléctrica Ituango les está mejorando su vivienda. Ambas casas deterioradas por su mala construcción, por el tiempo, por el olvido. La dignidad tocó a su puerta de cuenta de la inversión de recursos adicionales y entonces uno ve cómo de la mano del desarrollo también llega la esperanza.
Tres cultivadores: de caña, frijol y café me contaron cómo están recibiendo asesoría técnica para mejorar sus cultivos. Dejaron claro también que hay muchos retos en material vial, de mejoramiento de aguas, de comercio. Sin embargo sus discursos no se encargaron de ver las dificultades. Los tres coincidieron en que se están educando para transformarse y para transformar las vidas de quienes trabajan con ellos. Si a usted en Santa Rita de Ituango le responden que educándose están cambiando su vida, no hay que hacer grandes análisis para descubrir que la vida está empezando a cambiar.
Al ir a la Institución Educativa del corregimiento, maestras y maestros narran cómo decidieron superar su nivel de normalistas y graduarse de licenciados para poder ofrecer mejores condiciones y conocimientos a sus estudiantes, para que a su vez se les abran las puertas de las oportunidades. En resumen: maestras y maestros decidieron formarse más y mejor para cambiar su historia. Decidieron escribir una nueva página desde la educación. ¡No me digan que no estamos escribiendo otra historia!
Y entonces uno baja al municipio y se encuentra con una mujer maravillosa como Isabel Palacio. Esta vez no me la encontré allí pero su espíritu se mantiene, vive en el Valle de Aburrá pero cada esquina, cada persona la nombra. Hablo de la mujer de cabello rojo, la mujer que habla con notas musicales, hablo de la mujer talento, hablo de esa mujer que un día, en el marco del lanzamiento del Plan Integral le dijo a Sergio Fajardo que ella iba a bombardear a Ituango… sí, que lo iba a bombardear de Arte. ¡No me digan que Ituango no está cambiando cuando hay mujeres que se oponen a la guerra, mujeres valientes, mujeres de arte!
Y no solo Isabel. Uno se encuentra con Esteban Úsuga un joven que quiere comerse el mundo. Que ama con alma vida y corazón a su municipio. Que dice en tono alto y altivo que pertenece a esta tierra del norte. Entonces uno se encuentra a un joven como Esteban que quiere cambiar el mundo y se está formando para lograrlo. Uno encuentra un joven como él que va a cambiar el mundo desde el norte de Antioquia.
Estuve una semana en el norte de Antioquia. No soy ajena a su historia de violencia. No puedo desconocer las lágrimas que salieron corriendo por sus ríos. ¡Imposible ignorar los hilos de sangre que tanto corrieron! Pero más descarada sería, más injusta con la historia, no reconocer que está cambiando. Sería descabellado no decir que en ituango y en el norte con educación estamos pasando la página de la violencia. Y con jóvenes como Isabel y Esteban estamos cambiando la historia. Lo que una vez escribió Manotas con sangre, los jóvenes hoy lo borran y escriben nuevas páginas bombardeadas de arte, educación e innovación.

Esta y otras columnas podrá leerlas en www.bajolamanga.co (@bajo_lamanga)